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Foto del escritorZara Beltrán

¿Una mentira es siempre una mentira?


Una mentira es una mentira, ¿no? Quizá, pero… ¿qué hace que una mentira sea una mentira? Veamos varias situaciones para descubrirlo.

No recordar

No es raro olvidarnos de algún suceso o no recordar exactamente como sucedió, sobre todo si no fue lo que esperábamos, pero ¿eso lo convierte en mentira? No, sencillamente es lo que es: un fallo de memoria.

El no recordar algo no es mentir, aunque los mentirosos a menudo traten de excusar sus mentiras, una vez descubiertos, alegando un fallo de memoria.

La memoria está supeditada a varios factores. Y saber esto es fundamental a la hora de aprender a detectar la mentira. ¿Se puede diferenciar cuando alguien miente de cuando tiene un fallo de memoria? Primero sigamos viendo situaciones para descubrir qué hace que una mentira sea una mentira.

Malinterpretación de eventos

Las personas podemos malinterpretar los acontecimientos, especialmente el significado de las acciones de otras personas y los motivos que las llevan a actuar de una manera u otra, y por eso damos por cierto lo que hemos creído.

Cuántas veces hemos visto en el cine la típica escena donde todo se enreda porque alguien vio e interpretó algo que no era del todo exacto…

El hecho de que alguien interprete los acontecimientos no significa que necesariamente esté mintiendo.

En este caso como en el anterior, si la persona no está mintiendo o, más bien, si la persona no cree que está involucrada en el engaño en el momento en que lo está haciendo, entonces su comportamiento no verbal será el de una persona veraz, y no veremos pistas de que el relato es falso.

La intención. Esta es la diferencia; es el matiz que marca la posibilidad de detectar el engaño a través del comportamiento no verbal. Paul Ekman, a través de sus investigaciones en la detección de la mentira y sus muchos años formando a agentes de seguridad, concluye que es la intención de engañar la que hará que el sujeto se auto delate a través de sus gestos. Esto se debe a que nuestra fisiología nos puede delatar al tener que gestionar pensamientos y emociones contradictorias.

Además, existe otra situación donde las personas pueden proporcionar información falsa que creen que es verdadera…

Creer la mentira

La mala interpretación no es la única vía por la cual alguien puede creer que su argumento falso es verdadero. Con el tiempo uno puede llegar a creer que su historia falsa es verdadera. Una persona inicialmente puede saber que está mintiendo, pero poco a poco puede llegar a creerse su mentira. Cuando esto sucede, hará un relato fiel de lo que pasó y puede parecer veraz.

Al fin y al cabo, nuestros recuerdos son modificables, y a base de repetición, podemos llegar a rediseñarlos. En estudios con recuerdos de infancia o sobre el impacto que noticias relevantes pueden causar en nuestra memoria, se ha podido observar cómo las personas vamos construyendo nuestros recuerdos. Lo mismo pasa cuando contamos algo una y otra vez. La primera sonamos raros, la segunda no tanto y la tercera podemos llegar a ser creíbles.

Paul Ekman examina el papel de la memoria, la interpretación, la intención y la creencia en la comprensión del engaño y el comportamiento no verbal.


Escrito por Zara Beltrán (formadora oficial de Paul Ekman International en Darte Human and Business School)

Ilustraciones: Juan Ignacio Beltrán

Referencia: “Cómo detectar mentiras” de Dr. Paul Ekman

Próximo post “Atrapar las mentiras”

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